¿Porqué la Iglesia Católica nos habla de Santos Patronos?








Muchas personas me han preguntado si necesitamos otro patrón, jefe o rey a parte de Jesús. Estas personas creen que patrón significa únicamente jefe o amo.







El concepto patrón (O patrono) que utiliza la Iglesia hace referencia a la plantilla en papel que se copia en una tela en concreto con el claro objetivo de poder crear y coser así cualquier prenda de vestir. Así, a partir de dicha plantilla, la costurera o el sastre cortará las piezas que conforman la prenda en cuestión y posteriormente procederán a confeccionarla.





De ahí surge el dicho “cortado por el mismo patrón”. Con ella lo que viene a expresarse es que una persona en cuestión es muy similar a otra. Un claro ejemplo podría ser: “Pablo está cortado por el mismo patrón que su hermano Manuel”.





Otro uso del concepto refiere a los hechos o las cosas recurrentes. Estos factores o elementos se repiten con previsibilidad y, por lo tanto, pueden funcionar como modelo para producir determinada cosa a partir de ellos: “Me gusta el patrón de colores de este cuadro”, “La máquina crea el patrón y luego los operarios se encargan de hacer las instalaciones correspondientes”.





De ahí que el Santo patrón (O patrono) sea el modelo propuesto por la Iglesia para determinada afinidad especial con una comunidad o un grupo específico de personas y a cuya intercesión se acogen los miembros de esos colectivos con la intención de meditar sobre la vida de este Santo y así procurar imitarla en la medida que él imitó a Cristo.





Leer: 1 Corintios 11:1: (Dice el Apóstol San Pablo) sed imitadores de mí como yo de Cristo.





Estos santos son la prueba fehaciente de que la santidad es posible. Dios ha llamado a todos los hombres a ser santos: "Sean santos... porque Yo, el Señor, soy santo" (Lev 19:2; Mt 5:48). 





Cristo vino al mundo para hacer posible nuestra santidad. Es por eso que en el Nuevo Testamento se le llama "santos" a los cristianos (1Cor 1:12; Rm 1:5; 1Pe 1:15-16). Claro que son santos tan solo si viven su fe (Ap 21:2.10).









La Biblia nos exhorta a seguir el ejemplo de los santos (CF. Dan 7:22-25; Sab 5:5). La Iglesia continúa esa tradición y reconoce la santidad después de un largo y cuidadoso proceso en el que examina las vidas de los candidatos.





Hermanos, seguid mi ejemplo y fijaos también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes (Fil 1:21. 3:17).





Seguid mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo Jesús (1Tim 1:16).





En estos textos vemos claramente que Pablo se pone a sí mismo y a otros como ejemplos de seguidores de Cristo, e incita a los creyentes a ser sus imitadores, como ellos lo son de Cristo.





El Papa constituyó a San Francisco Javier y a Santa Teresa del Niño Jesús como Patronos de las Misiones.









Respecto de San José, el Papa León XIII lo declaró Patrono de la Iglesia universal. Así como la Iglesia en su origen (encarnada tan solo en aquella Familia de Nazaret) estaba bajo la protección y cuidados de San José, así ahora la Iglesia entera se confía a la protección poderosa de San José en el Cielo.





En cuanto a los demás santos, sus imágenes, no cumplen otra función que recordarnos que esas personas fueron capaces de imitar a Jesús y que nos vamos a salvar si hacemos lo que hicieron ellos (imitar a Jesús); y como sabemos que están en el Cielo (lo dice el Apocalipsis cuando habla de la multitud de santos que asisten al trono del Cordero) y que sus oraciones suben a Dios como incienso (lo que también dice el Apocalipsis 5:8; 8:3-4) les pedimos que en esas oraciones nos tengan presentes a nosotros.





Esto no quita que algunas personas, católicas de nombre, tengan una actitud confusa respecto de la veneración que merecen las imágenes y los santos en general. Ignorancia de la propia religión siempre ha habido y los mismos apóstoles en los Evangelios discutían de cosas que fastidiaban al Señor. Pero no es ésa la doctrina de la Iglesia. Si algún católico venera una imagen de manera supersticiosa, no lo hace por ser católico sino a pesar de lo que enseña la Iglesia.





¿Cómo hemos de honrar a nuestros Santos Patronos?






Hemos de honrar a nuestros Santos Patronos celebrando santamente su fiesta, invocándolos en nuestras necesidades e imitándolos.





¿Qué hemos de hacer para celebrar bien las fiestas de nuestros Santos Patronos? 





Para celebrar bien las fiestas de nuestros Santos Patronos, hemos de abstenernos de toda diversión ilícita, y aplicarnos a obras de piedad y religión.





¿Qué obras especiales de piedad hemos de practicar en las fiestas de los Santos Patronos? 





En las fiestas de los Santos Patronos hemos de acercarnos con gran devoción y pureza de alma a los santos Sacramentos y asistir a los divinos oficios.








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Paz y bien.




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