Lo que debes saber de la Renovación Carismática







Hace unos días escribí la primera parte de estas publicaciones sobre la Renovación Carismática Católica (si quieres leerlo da clic aquí). En esa ocasión me centré en contarles la historia del Pentecostalismo protestante y por qué no debe de ser confundido con la experiencia de la RCC.





Ahora hablaremos sobre la RCC, su historia y muchos desaciertos que fueron corregidos y otros que aún están presentes.





Sin más empecemos.





¿Cómo inició la Renovación Carismática Católica?





La historia nos narra sobre dos laicos jóvenes, Ralph Keifer y Patrick Bourgeois, cuando a sus manos llegaron dos libros sobre el movimiento pentecostal protestante: “Cruz y puñal”, del pastor Wikerson y “Ellos hablan en lenguas” del periodista J. Sherill. Al leerlos quedaron fascinados y atraídos a esa experiencia de fe que, como había dicho en la publicación anterior, había sido rechazada por la Iglesia Católica de Estados Unidos en el Concilio Plenario de Baltimore.





Por aquellos años (y mi experiencia con jóvenes me dice que por estos años también) la juventud estaba apática a la vida de fe, las pastorales universitarias no conseguían atraer jóvenes a las filas de la Iglesia, y Ralph y Patrick en su deseo de re-encender la llama de la Fe en los estudiantes universitarios, pensaron que aquella vivencia pentecostal sería la clave para encender la llama de los jóvenes de aquella universidad.





Luego de leer sobre el actuar del Espíritu en los grupos pentecostales, meditaron en algunas lecturas bíblicas, en especial el libro de Hechos 2. Y algunos pasajes de la Carta de San Pablo, como 1 Cor 12. Fue así que decidieron acudir a un grupo de oración pentecostal protestante para recibir… El Bautismo del Espíritu.





Y así fue como el 13 de Enero de 1967, nació la Renovación Carismática Católica, con Ralph Keifer y Patrick Bourgeois, promoviendo entre los universitarios en tener esa experiencia pentecostal sin dejar la Fe Católica. El movimiento se difundió ampliamente en toda la Iglesia Católica ganando seguidores incluso entre Cardenales y Obispos, hasta su reconocimiento oficial de la Iglesia.





De esta historia de orígenes podemos destacar lo siguientes:





1.   La Renovación Carismática no nació de la Iglesia, sino que fue importado a ella por laicos que querían vivir experiencias pentecostales.





2.   Durante dos mil años la Iglesia no había conocido ningún Bautismo del Espíritu y, aunque este término se use en la RCC para explicar esa experiencia sobrenatural, no es un sacramento y, por lo tanto, se limita a una experiencia de fe que no es relevante para la salvación.








3.   El Bautismo del Espíritu de los grupos pentecostales y de la RCC es muy subjetivo y puede ser fácilmente explicado a través de la psicología reservando muy pocos casos a una genuina manifestación sobrenatural.





4. Como nace desde fuera del catolicismo podemos cuestionar aquella “primera imposición de manos” recibida por Ralph Kifer y Patrick Bourgeois ya que le recibieron de personas que no tenían sucesión apostólica, por ende, sin autoridad para trasmitir al Espíritu santo. (1 Timoteo 4: 14)





5.    A pesar de nacer de ideas sectarias fue aprobada por la Iglesia, la pregunta clave es el “porqué” de esta decisión. Eso lo analizaremos a lo inmediato.





La Renovación Carismática y el Vaticano.





La RCC recibe su primer reconocimiento oficial por el Papa Pablo VI en Mayo 19 del 1975, reafirmado posteriormente por Juan Pablo II el 11 de Diciembre de 1979.





La razón de este reconocimiento partía de la idea que “… (La RCC) no se trata de un Movimiento nuevo en el sentido usual del término, sino de una corriente de gracias que el Espíritu Santo hace surgir por todas partes. La Renovación Carismática no es un movimiento, sino el moverse del Espíritu Santo”. Cardenal León Joseph Suenens.





La Renovación no se pensó como un grupo de personas dentro de la Iglesia sino de una acción que influenciaría todo el ser del Iglesia misma. No se limitaba a una asociación de laicos o clérigos sino a un empuje misionero que atraería jóvenes y no tan jóvenes a los pies de Cristo y la vivencia sacramental.





Lamentablemente este hecho no se consolidó del todo. Sin embargo debemos de reconocer la gran labor misionera que muchos grupos carismáticos realizan.




Grandes puntos a favor:





1) La Renovación carismática impulsa las más novedosas y populares actividades misioneras en el continente, a la influencia de ellos le debemos eventos como "Minuto de Dios" en Colombia, "Cielo abierto" en México o Congresos de Jóvenes Católicos en Miami, que, sin ser necesariamente carismáticos tienen mucha de su espiritualidad.





2) Los miembros de la RCC son los más ávidos lectores de la Biblia que tiene la Iglesia, cuando de laicos nos referimos, sus estudios bíblicos son promovidos en cada diócesis en donde tienen presencia.





3) Sus actividades rejuvenecen la Iglesia, haciéndola presente en aquellos sectores de la sociedad en donde abunda el proselitismo protestante.





4) Ha traído grandes conversiones, personas que buscando sensacionalismos se habían ido al mundo pentecostal han regresado a la Iglesia a través de la experiencia carismática. 








Conclusión:





La RCC nació fuera de la Iglesia pero, por algún extraño mover del Espíritu ha entrado a la Iglesia de Cristo dando un gran aporte a la evangelización, sin embargo se debe de manejar con mucho cuidado y sopesando cada detalle para no caer en errores doctrinales.





La mayor crítica que recae sobre la Renovación es que muchos actúan como un movimiento ajeno a la Iglesia, realizando misiones sin el consentimiento del párroco y en algunos lugares con ideas definitivamente heréticas. Por ello se necesita mucha atención por parte de los líderes y una genuina vivencia de fe católica.





Esta es apenas la segunda parte de estas publicaciones, espero próximamente compartir la tercera. Si te gustado comparte, deja tu comentario y sígueme en las redes.





Paz y bien



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