¿Te has sanado? Dios tiene un plan para ti.
Recientemente
un joven que perteneció a la Pastoral de Quilalí recibió una fuerte descarga eléctrica
que causó su traslado inmediato al hospital de referencia nacional.
Los médicos dijeron
“No damos muchas esperanzas, está en las manos de Dios” palabras que causó
mucha angustia a los familiares y amigos, sin embargo encerraban una gran confianza
“está en las manos de Dios”.
Cuando hablé
por teléfono con uno de los familiares no pude mas que esperanzarme, esas
palabras de aquel medico anónimo fueron dichas por el mismo Espíritu santo.
Recordé al
profeta y su regocijo en un momento de máxima angustia:
Ezequiel 3:14
Y el Espíritu
me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí.
Inmediatamente
llame a mis amigos sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos pidiendo la oración
constante por este joven.
Hoy, mas de un
mes después aquel muchacho ha regresado a su casa, sus tejidos se restauraron y
su salud se recuperó.
La oración fue
escuchada, los médicos recibieron la guía del Señor y así poco a poco se dio el
milagro.
Pero, esto no
acaba ahí.
¿Porqué suceden estos milagros?
Al analizar con
ojo critico este tipo de eventos me cae la interrogante, ¿Porqué a unos sí y a
otros no?
Muchos amigos y pastores atribuyen la ocurrencia de milagros a la fe de la persona, según el
nivel de fe son dignas del milagro o no, esa respuesta realmente es cruel, haciéndoles
creer a muchos que aquello por lo que claman no se da porque no son dignos de
la gracia de Dios.
En realidad esa
respuesta es superficial y falsa, además esta en contra de la escritura en
donde vemos grandes hombres de fe enfermos y a pesar de sus oraciones Dios no
los sana:
Y dada la
extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que
me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que
me abofetee, para que no me enaltezca. Acerca de esto, tres veces he rogado al
Señor para que lo quitara de mí. Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi
poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré
más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. ( 2
Corintios 12:7-9)
Como vemos,
Pablo oró tres veces para ser sanado de ese “aguijón en la carne” que
renombrados teólogos enseñan es una enfermedad posiblemente de la vejez. Dios
decidió no sanarlo.
¿Será que San Pablo no tenía suficiente
fe?
No, en realidad
no es a causa de la fe que Dios decide o no hacer milagros, sino podemos ver el
ejemplo de la resurrección del hijo de la viuda:
Lucas 7:11-17 (Clic sobre la cita para leer el texto)
Aquí nadie hizo
oración, tampoco había gente con fe, (ya lo iban a enterrar) y Jesús hizo el
milagro.
Y cuando el
Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. (Lucas 7:13)
Fue una acto de
amor de Jesús frente aquella viuda que enterraría a su hijo único (quizás a
similitud de María el día de la crucifixión de Cristo en el Calvario)
¿Entonces,
porqué a unos sí y a otros no?
Hay una razón profunda
y tiene que ver con el propósito de tu vida.
En el libro de
los Hechos encontramos que Dios sacó a Pedro y a Pablo de la cárcel en
reiteradas ocasiones, (Hechos 12:6) sin embargo al final de sus días ambos
fueron encarcelados y murieron.
La respuesta
esta ante nuestros ojos, si Pedro y Pablo hubieran muerto antes de cumplir su
ministerio el propósito de Dios no se hubiera cumplido, hubiera quedado
inconcluso.
Dios ha
liberado de la muerte a aquellos que aun tienen un gran propósito por cumplir,
un propósito que trasciende su existencia y llega al plan universal de salvación.
Si, como lo
lees, si Dios te ha librado de la muerte es en base al plan que tiene en tu
vida.
2 Timoteo 1:9:
Quien nos ha salvado y nos ha llamado con un
llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo
Jesús desde la eternidad.
Jesús te ha
dado esta oportunidad para cumplir su propósito, un propósito hecho solo para
ti y que únicamente tú puedes hacer.
Efesios 1:4
Según nos escogió en El antes de la fundación del
mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor.
Y parte de ese propósito
y parte de ese milagro es que el mundo conozca a Jesús a través de ti, de tu
testimonio y de tu vida.
«los mismos sacerdotes y los fariseos decían: ¿Qué hacemos?
Porque este hombre realiza muchas señales (milagros) Si le dejamos que siga
así, todos creerán en él» (Juan 11:47-48)
Así que animo,
Dios hace milagros con propósitos grandes, aunque no siempre los propósitos grandes
involucren acciones grandes.
Pero de eso
hablaré en otra ocasión.
Comparte si te
ha gustado.
Paz y bien.
Dedicado a
Evert Josúe Orosco.
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