Explicando qué es el Bautismo en el Espíritu


¿Los han visto? Alguien impone sus manos y la gente cae al suelo, algunos con convulsiones o en mero estado de trance, y la pregunta es ¿Es bíblico el Bautismo en el Espíritu? ¿Es un sacramento de la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo?

En primer lugar no hay referencias bíblicas validas sobre el Bautismo en el Espítiru

No existe ninguna referencia bíblica que muestre un evento similar a los que suceden en los cultos pentecostales o en algunos grupos carismáticos católicos.En ninguna parte de la Biblia se narra que al imponer las manos la gente haya caído en un trance místico siendo tumbados al suelo.

Sin embargo la Biblia narra sobre el recibir el Espíritu con imposición de manos, pero con ciertos detalles a analizar.

En el libro de los Hechos 8. se nos narra que en Samaria el diácono Felipe convirtió y bautizó muchas personas cuando los Apóstoles en Jerusalén oyeron lo que había sucedido en Samaria, mandaron a Pedro y a Juan, que a su llegada impusieron las manos sobre los nuevos bautizados, quienes recibieron el Espíritu Santo.

Aquí vemos claramente algo, Felipe, aunque diácono, no se atrevió a imponer las manos a sus nuevos bautizados, porque esto estaba reservado a los Apóstoles, que eran Obispos. Algo que debemos de pensar cuando consideremos valido la imposición de manos por protestantes, los apóstoles al llegar e imponer las manos los que habían sido bautizados con agua recibieron el Espíritu.

Nosotros, los católicos cada vez que nos bautizamos ya recibimos el Espíritu, ya que el bautismo presenta este ritual con la oración de imposición de manos que hace el sacerdote oficiante, por ello no necesitamos una segunda imposcion de manos para recibir el Espíritu.

Sin embargo, en la adolescencia tenemos el sacramento de la confirmación, un sacramento que confirma el accionar del Espiiritu santo en nuestras vidas. Este sacramento es evidenciado ademas en estos textos.

Otro texto que se muestra como prueba de este “bautismo” es la conversión de San Pablo, cuando Ananías le impuso las manos diciéndole: “Saulo, hermano, me ha enviado el Señor; a quien viste en el camino, para que recuperes la vista y te llenes del Espíritu Santo”. Inmediatamente sucedió que se desprendieron de los ojos de Pablo unas como escamas, y comenzó de nuevo a ver (Hechos 9: 17-19).



Ananías era sacerdote y no hizo esta imposición de manos en ninguna otra ocasión ya que tuvo una visión y un mandato especial para este caso particular: “vete a la calle estrecha y busca en la casa de Judas a uno que se llama Saulo y que viene de Tarso” (Hechos 9:11). Entendiendo esto como una misión especial que el Señor le encomendó a Ananías.

Otro texto seria Hechos 19: 1-7, San Pablo encontró en Éfeso doce discípulos de Juan Bautista. Después de haberles instruido sobre Cristo, los bautizó en el nombre del Señor Jesús, y después que “les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos y comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar”. Pero esto es un caso más de administración de la Confirmación por parte de San Pablo, que era Obispo.

La Confirmación, es el llamado bautismo en el Espíritu, es recibir plenamente al Espíritu santo aunque muchos muy dados a las sensaciones pueden cuestionar que este sacramento no viene con signos externos y milagros, sin embargo este es el Espíritu de Cristo que obra en nosotros silenciosamente y de manera misteriosa, como los otros Sacramentos. “¡porque me has visto, has creído! Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Jn. 20:29)

Desde el Concilio Ecuménico de Florencia (1439) la Iglesia nos ha enseñado que la Confirmación es el Pentecostés de todo cristiano; las palabras del Concilio son: “en la Confirmación el Espíritu Santo se da para fortificar al fiel lo mismo que fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés” (Denz. 697)

Por lo tanto, el Bautismo en el Espíritu es solamente una experiencia mística de los grupos carismáticos, no relevante para alcanzar la santidad. No es un Sacramento.

¿Malo? no, no lo es, es una oración de fe, para reavivar lo que el Señor dio en el Sacramento del Bautismo y en la Confirmación. Por ende no se puede decir que esta experiencia mística sea necesaria para todo cristiano ni que te hace superior a los demás, sencillamente es una expresión de fe que puede ser similar a la vivida en una oración ante el Santísimo sin expresiones corporales externas, nada más que paz y comunión con Jesús.

¿Quieres Saber más? lee el articulo "Lo que debes saber de la Renovación carísmatica en este enlace.

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