¿Resucitó Jesús con un cuerpo carnal, o con uno espiritual?


Estaba en la terminal esperando el bus que
me llevaría a Estelí, al norte de mi país. En una esquina estaban unas señoras
que por su vestimenta pude identificar como Testigos de Jehová (son ideas mías
o todas visten igual, quisiera leerlo en sus comentarios) tenían un exhibidor
de revistas con la leyenda “gratis”, una interesante estrategia de mercado que
ha puesto en marcha esta organización. Me acerqué y tomé una revista Atalaya
que decía:


“¿Jesús
realmente resucitó?”
me pareció interesante así que le tomé y me
dispuse a leerle.





Lo que encontré en esa revista me alarmó.
¿Cuántas personas más le habrán leído y con ello engañado sobre uno de los temas
centrales de nuestra fe?





En esta ocasión responderemos las dudas
que genera la resurrección de nuestro
Señor
.




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Primero
lo primero.





La resurrección de Jesús es el centro de
nuestra predicación, nosotros creemos lo que hemos recibido
(1 Corintios 15:3-8).





En 1 Corintios 15:14 San Pablo dice: “Y si
Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra
fe.” Tres versículos más adelante, en el 17, Pablo dice una vez más: “y si
Cristo no resucitó, la fe de ustedes es vana; aún están en pecado.”





En el ambiente cristiano existen muchos
temas en los que no todos estamos de acuerdo, sin embargo negar la resurrección
de Cristo es negar al cristianismo mismo, cuando una denominación o secta
predica que Cristo no ha resucitado inmediatamente se vuelve anatema, (apostata
de la fe, deja de ser considerada cristiana)





Sin embargo, el problema que encontré en la
revista de los Testigos de Jehová no es tanto acerca de si resucitó o no, sino
en la forma como resucitó. Desafortunadamente, los falsos cultos atacan la
resurrección de Cristo y la reinterpretan en formas diferentes; como por
ejemplo, negando Su resurrección física. Debemos preguntarnos si Jesús resucitó
de los muertos en el mismo cuerpo con que murió o si resucitó en un cuerpo
espiritual que no era carne y huesos. La respuesta a esta pregunta es vital ya
que la misma separa a los verdaderos cristianos de los sistemas falsos. Por lo
tanto, aquí tenemos la doctrina correcta de la resurrección en el cristianismo,
la cual, la consideramos tan importante, que la misma debe ser establecida como
una declaración verdadera.





Luego de leer aquella Atalaya decidí
investigar en su página y encontré que en su edición de Julio 1, 1998 en la
página 20 dice, “Jesucristo…murió y fue resucitado como un espíritu.” Y en la
página 14 ellos dicen, “Jesucristo no fue levantado como humano.”


Así mismo pueden entrar a este enlace en donde
podrán confirmar cual es la creencia que ellos promueven. (Aviso, ellos son muy
sutiles para convencerte de sus ideas, no te quedes mucho tiempo en esa página)









Hasta los niños en la organización La Atalaya
son enseñados esta doctrina.  Mi libro de
Historias Bíblicas, p. 103, dice, “¿Sabes lo que le sucedió al cuerpo de
Jesús?  Dios causó que se
desapareciera.  Dios no lo levantó a vida
en el cuerpo carnal en el cual murió.  Él
le dio a Jesús un nuevo cuerpo espiritual, como tienen los ángeles en el
cielo.  Pero para demostrarles a sus
discípulos que él está vivo Jesús puede tomar un cuerpo que las personas puedan
ver…”





¿Esta declaración es real? ¿Un Cristiano
Católico puede creer esto?





Consideremos
lo siguiente:





La resurrección de Jesús es el
hecho más importante de la historia moderna, a causa de esta los apóstoles
fueron perseguidos, martirizados y obligados a refugiarse en las catacumbas de
Roma, sin embargo su fe se mantuvo firme en el grito “Jesucristo ha resucitado”





Ahora nosotros en nuestros hogares
recibimos propaganda que niega la resurrección verdadera dejando a Jesús como
una especie de fantasma.





1.     Leer del Evangelio según San Juan 20:19-29.





Aquí leemos una de las apariciones de Jesús a
sus apóstoles, entre ellos encontramos a Tomas, quien no creía que Jesús pudo
haber resucitado (con su cuerpo físico) Jesús muestra su cuerpo e incluso las
heridas con las que fue martirizado. Un espíritu no tendría grabadas las marcas
de su cuerpo, es más, un espíritu no tiene cuerpo.





2.     Leer del Evangelio según San Lucas 24:38-43


En este pasaje vemos la declaración viva de
Jesús quien afirma “un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo”
y para ir más allá Jesús pide alimento, y come delante de ellos. Jesús mismo
desmiente de tajo la doctrina enseñada por esta secta.





¿Después de leer esto estoy dispuesto a
aceptar la propaganda de esta secta que niega la resurrección de Jesús?


¿Es correcto que un niño católico lea el “Mi
libro de Historias Bíblicas”?





Jesucristo ha resucitado, en verdad ha
resucitado
. No
es una especie de fantasma rondando por ahí, la resurrección de Cristo
involucra la glorificación de su cuerpo, su cuerpo glorioso como preludio al
que nosotros tendremos en la resurrección
final
. Por ello hermanos no podemos permitir que estas enseñanzas erradas
entren en nuestros hogares, así les aconsejo que saquen de sus casas toda
revista o propaganda sectaria (involucrando ese libro de historias bíblicas para
niños) y crecer cada día en nuestra fe católica.





En nuestras librerías hay muy buenos libros de
formación, acerquémonos a una cercana para conocer más nuestra fe y así vivirla
con ánimo.





Ultimas
pistas de reflexión:





“¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado!” (Lc 24:34).
Con esta fórmula resume Lucas la afirmación decisiva de nuestra fe. El
movimiento de Jesús hubiera concluido con el fracaso de la cruz y la dispersión
de sus seguidores si no hubiera sido por ese acontecimiento excepcional con el
cual todo comenzó de nuevo. La proclamación de la resurrección de Jesús es
absolutamente fundamental y sin ella no habría fe cristiana. Y es en la
veracidad de esta afirmación donde nuestra fe se juega su ser o no ser. Porque,
como señaló ya en los primeros tiempos el apóstol Pablo, si Jesús no hubiese
resucitado la predicación sería vana y seríamos los hombres más dignos de
compasión (1 Cor 15:14-19). Vivamos la resurrección de Cristo con amor y
entusiasmo en nuestras parroquias y hogares recordando que el sepulcro está
vacío.





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